15 sept 2007

PALABRAS DE ALIENTO PARA ESTOS TIEMPOS

Es innegable y lamentable que a estas alturas nuestra amada Iglesia Evangélica Pentecostal, se encuentre en boca de todos los que en forma directa o indirecta la conocen. Cada día que pasa con dolor vemos como las amenazas e injurias son el pan de cada día. Este no puede seguir hermanos.

Hemos orado y ayunado para que Dios calme las aguas, pero pareciera que no nos escucha, lo que no es así. Cuantas veces Dios ha querido reconciliar a su pueblo, pero la soberbia de algunos y la desidia de otros no permite que esto sea una realidad. Vemos como muchos se creen dueños de la verdad absoluta, dicen que están haciendo justicia, pero lo único que han causado es dolor al cuerpo de Cristo que es su Iglesia, y a ella ¿ quien la defiende?. Dios, solo Dios. Años de trabajo en el Señor y años de hermosos ministerios de la noche a la mañana se ven cuestionados, por los dichos de personas que solo buscan hacerse "justicia", pero a costa de un gran precio, la difamación de la Iglesia en general.

Si recordamos en nuestra historia reciente, la Iglesia Evangélica Pentecostal, hace 50 años atrás se vio envuelta en acciones judiciales y de ellas pocos son los que se acuerdan, hoy creemos, que con el tiempo pasará lo mismo y aunque a muchos les moleste nuestra iglesia seguirá adelante.

Es probable que alguien interprete nuestras palabras como una queja a Dios, pero no es así, solo vemos con pena la falta de corazones sumisos para servir a Dios.

Este movimiento liderado por la página IEPCORRUPTA, ha producido más perdidas que beneficios al interior de la iglesia, y nos da mucha tristeza las palabras que citamos textualmente a continuación posteadas el 1° de septiembre de 2007: "Han dañado mi fe. Han dañado lo más lindo para mi: LA IGLESIA. Han logrado su objetivo. Ya no creo en nada”.

Por estas tristes expresiones es que hoy demandamos de los Editores de IEPCORRUPTA, y hacemos un llamado a sus conciencias: "cuantas personas han perdido su fe en la Iglesia y cuantos han sido dañados espiritualmente".

Reflexionen y examínense. No los condenamos, pero si los reprendemos enérgicamente, para que este movimiento no siga afectando a las almas que han costado la preciosa sangre de Cristo.

Terminamos dando a cada uno de nuestros lectores que sirven a Dios sin rencilla y con un corazón sumiso, palabras de aliento para que sigan adelante a pesar de lo que se diga y se haga en contra nuestra Iglesia y de sus amados pastores, solo miren al Señor Jesucristo.

Fraternalmente,



Alma