13 feb 2008

SEÑALES DE LOS ULTIMOS TIEMPOS. PRIMERA PARTE

"....Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios"... (1Tim 4:1)


Muy amados hermanos y hermanas:

Sin duda que estamos en los últimos tiempos, como dice la Palabra de Dios, que es la llave para entender que estos eventos "deben suceder", pero es desconcertante que ellos estén sucediendo delante de nuestros propios ojos:
1° Que, según se ha postulado en todos los blogs que hablan acerca de la actual situación de la iglesia, que se hace necesario una REFORMA al interior de la Iglesia.
Desde que la Iglesia Evengélica Pentecostal existe, se ha visto la dirección de Dios en cada uno de sus procesos, es decir, Dios guiando a todos nuestros amados pastores, sean Presbíteros, Diáconos o probandos, etc.
Llamar a una reforma, en estos momentos, sería aceptar que nuestras autoridades al aprobar los Estatutos de la Iglesia, actuaron humanamente y no guiados por el Espíritu Santo. Si ello sucediera, nuestra iglesia sería, por primera vez en su historia, objeto de manipulaciones y presiones por personas que no forman parte de la grey del Señor, es decir, se apartado de las sendas antiguas, y que han pasado de espectadores a actores en un movimiento que solo busca producir división al interior de la iglesia. Hecho que se ve confirmado por un reportaje televisivo manipulado por Megavisión donde, en uno de sus pasajes aparecen dos hermanos carnales (que todos conocen), que desde hace varios años no son miembros de la iglesia.
2° Sin duda que hemos cometido errores, pero las soluciones deben nacer del seno de nuestras propias autoridades, sin dejarse influenciar por nadie, con completa independencia, objetividad, y por sobre todas las cosas bajo la dirección de Dios.
3° Creemos que lo que hoy nuestra iglesia necesita, son personas que no busquen la confrontación ni el debate sin razón, solo hacemos un llamado a la cordura y que cada uno de los miembros de la Iglesia ocupe el lugar que Dios le ha asignado, sin pretender protagonismos que a la postre serán disueltos por Dios.


Fraternalmente

La Comisión